Nunca he estado en Perú, ni en Cuba y sé que no estaré jamás, -pero tampoco me quita el sueño- hoy sin embargó, Palmira, desde sus recuerdos de juventud me llevó de la mano a pasear con el Che, y ya que estábamos por la zona me adornó el viaje con máscaras de cobre y símiles de iglesia incrustadas de latón. Recuerdos de sus viajes y de los años vividos en Sudamérica.
No he podido imaginar ni por un instante las calles, ni el ambiente, ni tan si quiera las gentes que la acompañaban en aquellos años en estos países, era como superior a mí, como si mi realidad y sus recuerdos, tan lejanos en el tiempo y en el espacio, chocaran frontalmente.
Sin embargo en sus ojos permanecían latentes todos los momentos y todos los sueños, esperando un segundo, un solo segundo donde traerlos al futuro.
Un futuro donde estábamos las dos, en el hoy, hablando y recordando ella, escuchando y preguntando yo. Un futuro encerrado en una habitación llena de estampas de otros países y de otros años, con fotos en blanco y negro de aquellas con los filos ribeteados, retratando infantes que ya están muertos.
Luego volvimos a la realidad, colguemos en la pared los recuerdos después de pasarles un trapo y yo me volví a mi casa.
Y al mirar mis cosas he pensado que algún día, serán solo mis recuerdos, y que tal vez entonces, le explique a alguien que aún no ha nacido, porque motivo fui allí, qué estaba haciendo aquel día y porque me llevé media vida dando vueltas de un lado para otro.
Y se me ha clavado una astilla en el alma.
6 comentarios:
Sácate la astilla cuanto antes, corres el riesgo de que se infecte la herida y te amputen el alma.
Xao
(Estaba el semáforo en rojo y entre hurgarme la nariz, cambiar de emisora o hacer una llamada tonta opte por saludar a la chica del coche de al lado. No sé bien porque lo hice, algo en ella capto mi atención, tal vez fuera el adhesivo del Ché que lucia en la trasera de su berlina plateada, o tal vez no, ¡qué sé yo !, ¿sería el unicornio que transportaba en el remolque?, no me atrevo a asegurarlo, el enano que cruzaba, no sé.... tal vez solo fue que en medio del bullicio del tráfico creí oír el latir su corazón, ¿quién sabe?....)
no quisiera perder el alma, prefiero perder la vida.
(es curioso, esta mañana un chico me saludó mientras esperaba en aquel semáforo; advertí su presencia porque PRINCE sonaba en su coche, de repente salió del automóvil con un libro en la mano que hablaba de amor... lo que hizo fue tirarlo en una papelera.
eso no evitó que mi corazón latiera con fuerza hasta que el rojo del semáforo cambiara de color.
le sonreí y deseé que el siguiente semáforo nos obligara a frenar, vete a saber, igual llevábamos la misma dirección ¿quien sabe?...)
Porque los recuerdos, al fin y al cabo, son propiedad de quien los vivió y por mucho que se esfuerce, jamás conseguirá transmitir todas las sensaciones que los acompañaron.
Un besito
pero que bonitos son...
Perú y Cuba no están tan lejos. Además, ten paciencia, que mis suegros tampoco viajaban y en cuanto han cumplido los 65 no paran: Venecia, Islas Griegas, Mallorca, todo por la jeta.
Ya sé que falta mucho para la jubilación, pero de momento el Pirineo no está tan mal ¿no?
el pirineo está estupendo y además -y sobre todo eso- no es necesario volar para ir...
¿pillas? :S
a la de lugares a los que no voy a ir...
Publicar un comentario