La gente es mala.
Supongo que no digo nada nuevo, ni tampoco si afirmo lo contrario.
Una, que ya hace tiempo que corretea, salta y vuela sin paracaídas en esta cosa que llaman vida, es consciente de ello. De que la gente es mala o buena.
Una elige que grupo desea tener a su lado. A veces desearía ser del grupo indecente, del chungo, del que no le tiene miedo a nada, así qué en un intento, ridículo por otro lado, de aparentar ser, no mala, pero sí dura y fuerte, acaba comiendo mierda a espuertas.
Lo más cojonudo es que cuando no pareces ser eso, te toman por el pito del sereno.
Una ya no sabe qué ser, qué parecer, y lo que es peor, una ya no sabe que se espera de ella, porque lo que se espera de ella, se le pide a los magnates, a los grandes, a los super héroes de TBO, y no a las personas normales y de a pie que es lo que yo soy.
Para aquellos que me leíais cuando escribía y se me daba bien, he de deciros que ya no lo hago. Ni escribo ni se me da bien. El desuso de la técnica, y lo poco que decir en esta mi existencia, han conseguido que mi único escape se haya quedado olvidado en algún rincón de... en algún rincón.
A medias se quedó Mhanseon, mi novela de fantasía, por que la fantasía mayor de aquella novela, fue creer que se me iba a permitir hacerlo.
¿A qué viene todo esto? No, hoy no tengo un mal día, o sí, pero simplemente porque la realidad vuelve a plantarse frente a mí vociferando que es más fuerte que yo, más grande, más huraña, y yo, que cada vez soy más vieja pero no más lista como debería ser, la miro y le digo que vale, que pa ella la perra gorda.
Y la dejo estar.
Que grite lo que le de la gana. Que diga lo que quiera. Que me muerda lo que le salga de los cojones.
Soy una persona.
Una persona normal. Con cualidades, algunas de ellas estupendas, pero soy una persona.
Y como persona tengo mis limitaciones, mis debilidades, mis miedos y mis carencias.
Y me vengo a mi blog a acordarme de los muertos de algunos, de las Santas Madres de todos aquello hijos de puta que se empecinan en joderme la existencia, en ponerme trabas y zancadillas por donde quiera que vaya.
Me vengo a mi blog, al espejo, porque aquí, en este pequeño reducto de nube, me siento bien. Entre las cuatro paredes de mi blog, de mi casa virtual.
Me siento protegida en mi creación.
Pues mira sí, quizá hoy tenga ganas de llamar la atención, como los niños y los perros chicos. Quizá hoy si necesite besos y arrumacos, palabras tiernas y besos. Quizá hoy no necesite que se me comprenda y sólo espere que se me abrace.
Y posiblemente hoy, como ayer y como mañana sólo encuentre silencio y vacío, y a la realidad gritando enfrente de mí, más fuerte que yo, más grande y más huraña que yo.
Posiblemente.
2 comentarios:
Si me permites disentir un poco, liVertaria, opino que la gente no ha de ser necesariamente mala siempre. Digo yo que cuando un@ se tranquiliza, puede llegar a aceptar tal cosa. Más bien se trata de que la gente va a lo suyo y de ahí los conflictos. Eso si me parece innegable. El infierno son los demás y todo eso, ya sabes.
En cuanto a lo literario, recordemos que no suelo opinar al respecto. Y si se trata de la publicación de lo literario, hay vertederos e inmundicias que prefiero evitarme. Opto por quedarme en lector raso y me atengo al "me gusta / no me gusta" sobre lo que leo.
Y es que hay cosas que indignan mucho. Sin ir más lejos, préstales un rato a estos dos caBDonazos y dime si no está mal repartido el talento por el mundo. O algo.
Cordioparabienes.
PD: Para superhéroes, los de Marvel. ¿Que no?. :-)
Me ha encantado como escribes
Sigue haciendolo
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