En tiempo de crisis… ¡adivina!

Hace un par de semanas, ojeando una revista semanal que publican en mi zona, -me he referido a ella alguna vez- al entrar en la famosa sección de ofertas y demandas, -sección que hace cosa de año y algo, eran, cuatro hojas y media y ha quedado escurrida hasta convertirse en tres cuartos incluida inmobiliaria- me sorprendió el anuncio, la oferta, lo que fuera, que cerraba la página.

Chicas nuevas, servicio completo por 50€, copas gratis, hasta altas horas de la madrugada.

Y ahí fue cuando me dije, Ana, que fea está la cosa, cuando en este país las putas tienen problemas de clientela y los trabajos en negro escasean, nosotros, que llevamos toda la vida pasándonos el IVA por el forro y comprando el género y pagando facturas en B, puedes contar que la cosa, está mal, muy mal.

Habría que decirle a Don ZP, que salga del congreso y se de una vuelta por algún puticlub y pregunte a quien lo regenta, si en este país aún quedan ganas de follar.

Pero la cosa no fue a más, quiero decir, que rápidamente volví a mi estado de corre/corre/que/no/llegas, y ese pensamiento negativo sobre como está realmente la vida, se acabó.

Sin embargo me he dado cuenta de que el marcador de la crisis, no está en la puerta del puticlub, aunque no dudo que trabajen menos en el sector, si no en otro tipo de negocio, al cual, y si no fuera porque me iba a dar la risa, me apuntaba mañana, me vestía para la ocasión y, salía del armario, como parece ser, están saliendo todos los magos, magas, videntes y videntas, tarotistas, ellos y ellas, sanadores y sanadoras, astrólogos y astrólogas; de aquí la Mari Pili o la Isabelita, de allí, un tal Jakaria, un Oumar, el Kunta, o la Samanta y la Analía.

¿Quiere saber que le depara el futuro? Y al lado tres números de móviles distintos, un fijo y un Hotmail, hasta hay quien tiene página web, un inciso que añade que los trabajos están garantizados, que se solucionan todo tipo de problemas, y una, -me niego a escribir su nombre por si me echa un mal de ojo- además afirma, qué, perteneciendo a la tribu más ancestral de sanadores del triángulo amazónico, con visiones, oráculo, te aciertan pasado, presente, y vaticinan tu futuro, porque posee un poder mágico místico traído de la selva virgen.

Coño.

¿Y donde estaba esta cuando España iba bien, que no nos avisó?

La picaresca, ya no es de dominio nacional como pensábamos hasta ahora, todo se pega, dicen, Al pobre Lazarillo, lo han exiliado de Tormes y anda robándole el queso a los ratones.

Los videntes y videntas, son, al gusto, de nacimiento, te apañan el carné de conducir, te enseñan el camino adecuado, responden a todas tus dudas, te facilitan magia blanca y limpiezas –esto último se me escapa, aunque imagino- Te ofrecen algo distinto a lo tradicional con curso de Reiki incluido, avaladas por veinticinco años de experiencia, tienen gabinete, una añade que no hace preguntas, seriedad, discreción, esas cosas, una bruja romántica y su equipo te ayudan, un vidente natural 100%100 te compone un ritual de amor, otro te predice a través del nombre, esto es, que todos los llamados Juan se harán ricos el mismo día, supongo yo, y luego está Zaira, que sí mujer, que confío en que me cuentes mi futuro, a un año vista.

Con dos cojones.

Todos ellos tienen en común, aparte del morro, el cobro por Visa, la información del coste en móvil y en fijo, el horario de recepción de llamadas, la advertencia de que para llamar debes tener dieciocho tacos –y muy pocas luces, intuyo- un apartado de correos y, un Hotmail/gmail, o algo acabado en mail, punto com.

Así que ya sabéis, contra la crisis… ¡adivina!

Jódete y baila.