Una se cansa hasta de soñar.
De soñar por las noches, digo.
Yo he tenido siempre sueños muy raros, que supongo, algún significado tendrán, pero a mi me dejan a bolos.
Además, no debe gustarme el mundo tal y como lo conozco, porque en mi mundo onírico, tengo el mío propio, a mi gusto, o al menos eso creo, porque suele ser bastante difícil, como yo.
Cuando digo que es a mi gusto, me refiero a que sueño con lugares que no existen, imposible de que existan, o con otros que si bien sí podrían existir, o me los he traído de recuerdo de una vida anterior o me los he inventado también, porque yo nunca estuve allí, sin embargo, en el sueño, son de lo más normal, los reconozco y me muevo por ellos como pez en el agua.
También tengo costumbre de regresar a ellos, es decir, que no son lugares de paso, son sitios con los que sueño repetitivamente.
Por ejemplo mi casa en sueños. Yo la veo como mi casa, y es una casa imposible, nadie podría vivir en ella, es enorme, oscura, y sin embargo goza de grandes ventanales, tiene trozos derruidos, escaleras que no van a ninguna parte, sales por una puerta y vas a un lado, vuelves a entrar y llegas a otro, -curiosamente a mí ni me extraña ni me pierdo jamás en ella- ah, y no tiene tejado.
Creo que cocina tampoco.
Las catacumbas. Ahí sí suelo perderme, y es más, siempre que encuentro una salida, llega el celador vetándome el paso. Siempre llego al puente de piedra, veo el agua, la salida, y nunca me deja salir de esa cueva.
Aún no le he visto la cara.
El día que se la vea, se la parto.
Y frío, en las catacumbas siempre tengo frío – que raras son las sensaciones en los sueños-
Mi temido camino de barro.
Es ancho, pero es un puente colgante, está sobre la nada, no se ve el vacío que queda debajo, sin embargo yo sé que existe y me aterroriza tener que cruzarlo –tengo un vértigo de impresión- todo alrededor es cielo y nubes blancas; en realidad desconozco el motivo por el cual yo he de ir al otro lado. Lo he cruzado muchas veces, pero siempre agachada, soy incapaz de ponerme de pie y siempre estoy sola.
Hace dos noches tuve que volver a cruzarlo, sin embargo esta vez el suelo no era de tierra, sino de piel, era una piel curtida, con pelo, dentro del sueño yo sabía que era una piel de cabra; tenía agujeros y ahí, sí se veía el vacío que existía debajo..
Esta vez sí había alguien más, un coche se acercó al final del puente, una señora salió y entró en él, cayó por uno de los agujeros.
Silencio.
Luego, muy lejos, oí sus gritos, el hombre salió del coche hacia el camino, yo intentaba acercarme pero el miedo me lo impedía.
Me desperté.
Me desperté preguntándome quien eran aquellas personas, no recuerdo haberlas visto jamás, y una de ellas había venido a mi sueño a morir cayendo por un agujero de mi puente, en un pedazo de coche de impresión.
Me incomodó el hecho de que una desconocida, bajita, mayor, y con abrigo largo de paño, viniera a colarse en mi subconsciente y no encontrara un lugar mejor donde morirse.
A gritos, además.
Claro, que esto a las tres de la mañana no tiene más importancia, una se da media vuelta y sigue roncando, que para eso es verano y hace mucho calor.
Pero precisamente porque es verano y hace mucho calor y esta señora llevaba abrigo…
Intenté buscarle una simbología a la dama del sueño, - ya despierta y con un café cargado- todo lo onírico lo tiene, mi señora no es ni más ni menos que las señoras de los ricos, así que oníricamente, vino a decirme algo.
Descuartizo los recuerdos aún fresquitos y me hago un esquema tipo House:
- señora mayor.
- Desconocida
- Pequeñita
- Vestida de invierno.
- Adinerada.
- Coche impresionante.
- Mi puente, con grietas nuevas.
- Sus gritos ya en la lejanía.
Sensaciones:
- tenía miedo.
- Desconcierto.
El hecho de que sea una señora mayor me sugiere que, o bien es parte de mi experiencia, o que es algo que hace tiempo que está arraigado en mí.
Como no la conozco y va de invierno, me inclino por lo segundo, así pues, hablamos de algún ¿trauma? Antiguo.
Es pequeñita, muy poca cosa, sin embargo, adinerada, sus ropas y su coche así me lo indican, así que sea lo que sea que representa la dama, es, o era fuerte, o no lo era, pero así lo parecía.
Mi puente ha cambiado su forma y su base, y ha creado agujeros por donde dejar caer las cosas, supongo que tanto las malas como las buenas están expuestas a ello, pero el pequeño detalle de la mutación del suelo, que antiguamente era barro y en el último sueño, una piel de cabra, algo a lo que emocionalmente y de modo positivo estoy muy ligada, me hace pensar que su transformación es para bien mío.
Por otro lado oigo sus gritos en la lejanía, no existe una señal de alarma previa, veo que va a caer, y no hago nada, no la advierto, no la socorro.
Quiero que muera. O simplemente, me da igual.
Y yo tenía miedo en el puente, pero yo siempre tengo miedo en los puentes…
Concluyo, pues, delante de una taza de café, que algún trauma pasado ha decidido suicidarse en este final de junio de 2008.
Desconozco el motivo y el trauma concreto.
Sé que tengo planes futuros que no necesitan de historias pasadas.
En realidad no sé quien es, ni que significa la doña, pero tampoco me importa demasiado.
Está bien pensar que la vieja era yo, o por lo menos una parte de mí que ha decidido marcharse para dejarme seguir libremente.
Bueno, una vez escudriñada su figura, ya no me incomoda tanto su accidental presencia.
Quizá vino, desde el fondo de mi desconocimiento, a soltarme algún lastre.
Sólo que como se le ocurra volver, esta vez, voy a ser yo quien la tire por el agujero.
De soñar por las noches, digo.
Yo he tenido siempre sueños muy raros, que supongo, algún significado tendrán, pero a mi me dejan a bolos.
Además, no debe gustarme el mundo tal y como lo conozco, porque en mi mundo onírico, tengo el mío propio, a mi gusto, o al menos eso creo, porque suele ser bastante difícil, como yo.
Cuando digo que es a mi gusto, me refiero a que sueño con lugares que no existen, imposible de que existan, o con otros que si bien sí podrían existir, o me los he traído de recuerdo de una vida anterior o me los he inventado también, porque yo nunca estuve allí, sin embargo, en el sueño, son de lo más normal, los reconozco y me muevo por ellos como pez en el agua.
También tengo costumbre de regresar a ellos, es decir, que no son lugares de paso, son sitios con los que sueño repetitivamente.
Por ejemplo mi casa en sueños. Yo la veo como mi casa, y es una casa imposible, nadie podría vivir en ella, es enorme, oscura, y sin embargo goza de grandes ventanales, tiene trozos derruidos, escaleras que no van a ninguna parte, sales por una puerta y vas a un lado, vuelves a entrar y llegas a otro, -curiosamente a mí ni me extraña ni me pierdo jamás en ella- ah, y no tiene tejado.
Creo que cocina tampoco.
Las catacumbas. Ahí sí suelo perderme, y es más, siempre que encuentro una salida, llega el celador vetándome el paso. Siempre llego al puente de piedra, veo el agua, la salida, y nunca me deja salir de esa cueva.
Aún no le he visto la cara.
El día que se la vea, se la parto.
Y frío, en las catacumbas siempre tengo frío – que raras son las sensaciones en los sueños-
Mi temido camino de barro.
Es ancho, pero es un puente colgante, está sobre la nada, no se ve el vacío que queda debajo, sin embargo yo sé que existe y me aterroriza tener que cruzarlo –tengo un vértigo de impresión- todo alrededor es cielo y nubes blancas; en realidad desconozco el motivo por el cual yo he de ir al otro lado. Lo he cruzado muchas veces, pero siempre agachada, soy incapaz de ponerme de pie y siempre estoy sola.
Hace dos noches tuve que volver a cruzarlo, sin embargo esta vez el suelo no era de tierra, sino de piel, era una piel curtida, con pelo, dentro del sueño yo sabía que era una piel de cabra; tenía agujeros y ahí, sí se veía el vacío que existía debajo..
Esta vez sí había alguien más, un coche se acercó al final del puente, una señora salió y entró en él, cayó por uno de los agujeros.
Silencio.
Luego, muy lejos, oí sus gritos, el hombre salió del coche hacia el camino, yo intentaba acercarme pero el miedo me lo impedía.
Me desperté.
Me desperté preguntándome quien eran aquellas personas, no recuerdo haberlas visto jamás, y una de ellas había venido a mi sueño a morir cayendo por un agujero de mi puente, en un pedazo de coche de impresión.
Me incomodó el hecho de que una desconocida, bajita, mayor, y con abrigo largo de paño, viniera a colarse en mi subconsciente y no encontrara un lugar mejor donde morirse.
A gritos, además.
Claro, que esto a las tres de la mañana no tiene más importancia, una se da media vuelta y sigue roncando, que para eso es verano y hace mucho calor.
Pero precisamente porque es verano y hace mucho calor y esta señora llevaba abrigo…
Intenté buscarle una simbología a la dama del sueño, - ya despierta y con un café cargado- todo lo onírico lo tiene, mi señora no es ni más ni menos que las señoras de los ricos, así que oníricamente, vino a decirme algo.
Descuartizo los recuerdos aún fresquitos y me hago un esquema tipo House:
- señora mayor.
- Desconocida
- Pequeñita
- Vestida de invierno.
- Adinerada.
- Coche impresionante.
- Mi puente, con grietas nuevas.
- Sus gritos ya en la lejanía.
Sensaciones:
- tenía miedo.
- Desconcierto.
El hecho de que sea una señora mayor me sugiere que, o bien es parte de mi experiencia, o que es algo que hace tiempo que está arraigado en mí.
Como no la conozco y va de invierno, me inclino por lo segundo, así pues, hablamos de algún ¿trauma? Antiguo.
Es pequeñita, muy poca cosa, sin embargo, adinerada, sus ropas y su coche así me lo indican, así que sea lo que sea que representa la dama, es, o era fuerte, o no lo era, pero así lo parecía.
Mi puente ha cambiado su forma y su base, y ha creado agujeros por donde dejar caer las cosas, supongo que tanto las malas como las buenas están expuestas a ello, pero el pequeño detalle de la mutación del suelo, que antiguamente era barro y en el último sueño, una piel de cabra, algo a lo que emocionalmente y de modo positivo estoy muy ligada, me hace pensar que su transformación es para bien mío.
Por otro lado oigo sus gritos en la lejanía, no existe una señal de alarma previa, veo que va a caer, y no hago nada, no la advierto, no la socorro.
Quiero que muera. O simplemente, me da igual.
Y yo tenía miedo en el puente, pero yo siempre tengo miedo en los puentes…
Concluyo, pues, delante de una taza de café, que algún trauma pasado ha decidido suicidarse en este final de junio de 2008.
Desconozco el motivo y el trauma concreto.
Sé que tengo planes futuros que no necesitan de historias pasadas.
En realidad no sé quien es, ni que significa la doña, pero tampoco me importa demasiado.
Está bien pensar que la vieja era yo, o por lo menos una parte de mí que ha decidido marcharse para dejarme seguir libremente.
Bueno, una vez escudriñada su figura, ya no me incomoda tanto su accidental presencia.
Quizá vino, desde el fondo de mi desconocimiento, a soltarme algún lastre.
Sólo que como se le ocurra volver, esta vez, voy a ser yo quien la tire por el agujero.
5 comentarios:
vaya tela, si el Dr. Freud levantara la cabeza xd xd xd
no, ahora en serio, me estaba encantando leerte al principio, contando algo tan íntimo como es un sueño al que se ve que quieras o no, das gran importancia, por repetitivo, por inexplicable por lo que sea, pero me pareció algo muy personal y me gustaba...hasta que fue avanzando y aparaeció la dichosa dama, cayendo, gritando, etc ¡qué angustia me ha dao chica al leerte!
¿y te puedes dar la vuelta y seguir roncando tal cual?? joer, yo no podria dormir en un buen rato ¡qué facilidad!
Pero si esta mujer es complicada hasta para sus sueños XD
Yo que recuerde nunca he sentido frío o calor en los sueños, ni olores, y pocas veces recuerdo sonidos.
Que soso que soy...
En cuanto al simbolismo de la viejuja... no, lo siento, ninguna idea.
uis dormir, a mi me subes a un pino a la hora de piltrar, esto es, sea cualquiera hora del dia, y me duermo.
si he de estar tres dias sin dormir tambien soy capaz de hacerlo, pero dormir me cuesta tan poco como cerrar los ojos.
sensaciones en los sueños... a mi todas, ademas hago un traslado de contexto, me explico:
cuando yo sueño conmigo, suelo verme desde otro plano, quiero decir que estoy fuera, me veo andar, correr, hablar...
cuando aparece alguna sensación, frio, angustia, miedo, calor, pena... lo que sea, automaticamente "entro" en mi cuerpo, y siento el calor o la angustia.
si la sensacion es demasiado agresiva, me despierto, me relajo y a seguir durmiendo :D
y tengo mas sueños mary... freud se iba a quedar sin el (juasjuas)
Hola.
Además de gustarme leerte, me encanta el nuevo aspecto que le estás dando a la bitácora.
Saludos
pues muchas gracias paco, yo encantada de que te guste. :D
Publicar un comentario