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Es broma.
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Por otro lado, todos los textos de este blog son míos, si apareciera la pluma de otro, lo haría con su firma. Siempre.
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Internet es un pañuelo.


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01 julio 2008

Tus hijos Kalhil Gibran

Tus hijos Por Kalhil Gibran

Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti,
y aunque estén contigo, no te pertenecen.
Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas,
porque ellos viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar, ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.
Tu eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas, son lanzados.
Deja que la inclinación, en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.

La primera vez que leí este poema no era madre, era simplemente hija, y deseaba fervientemente que mis padres aprendiesen a pies juntillas, letra por letra, todas las palabras de cada verso.

Quería ser hija de la vida, no pertenecer, dejar crecer mi alma libre desde esa casa del mañana, no ser como ellos, no detenerme en sus vidas, ser esa flecha que viaja al futuro.

Tanto lo deseaba que leía y releía el poema una y otra vez hasta que lo aprendí, siempre siendo hija; y siendo hija, nunca me percaté, -divina inocencia- que quizá algún día yo también sería madre, que mi flecha lanzada quedaría en algún lugar, posiblemente pasado, y que mi mano debería ser entonces la del arquero.

Cuando nació mi hija mayor yo tenía veintidós añitos, era el bocadito de color rosa más bonito del mundo, y yo la madre más madre del lugar -como todas las madres, evidentemente- el día que nació no recordé las palabras de Gibran, ni al día siguiente, talvez no lo hice en los dos primeros años, me dediqué a enseñarla a caminar, a hablar, a comer con tenedor, a no pegarle a los otros niños, a no dejarse pegar, a ponerse los zapatos… y curiosamente comencé el poema por la parte última, esa donde dice que la inclinación de tu mano de arquero… y sin saberlo y haciéndolo bien o mal, yo, ya era parte del poema desde el lado que jamás me había planteado.

Recordé el poema la primera vez que mi niña se tiró al suelo reivindicando sus derechos. La primera vez que se comportó como un ser individual y cabreado que no quería hacer lo que yo decía. Con motivos, o sin ellos. Desde aquel día, sólo pude abrigar su cuerpo, su alma comenzaba a volar y yo, sólo podía seguir enseñándole cosas, esperando que quisiera recogerlas, sin ninguna garantía, sin ninguna seguridad, sabiendo que a partir de entonces comenzaría a tomar decisiones, a ver el mundo desde otro plano, que llegaría el momento en el cual yo ya no podría proteger su alma, ni del dolor, ni de los golpes, ni de nada de nada.

Aquel día fui consciente de todas las palabras de Gibran, sin embargo entonces, ya no me parecieron tan bellas. Lo que más me dolió fue el “no te pertenecen”, y me dolió tanto porque me gustara o no, era la única realidad.

Mi niña, cumplirá este mes los catorce, sigue con su vuelo, claro, y ser la mano del arquero es cada día más complicado.

Yo cada día me encuentro más ubicada en “la casa que detuvo el tiempo”, porque su alma viaja hacia a delante, y yo, ya me detuve –salvo imprevistos de la vida- en este camino que tomé y que no va a cambiar y que avanzará a su ritmo. Pero prefijado.

Tengo el pequeño: dieciocho meses de locura, todo un carácter que quiere aprender, ya, a comer sólo, a bajar escaleras, a subirlas, a meter cacharros en los lugares más impensables, de los que si no los atiendes te tiran algo a la cabeza.

Y vuelvo a empezar: “esto está mal, esto bien, esto es feo, esto bonito, dame un beso…” y el grito del día que no suele faltar: “Adair, coño, que te vas a matar, bájate de ahí”
Con él no ha sido tan difícil aceptar que no me pertenece, aquí, he llegado entrenada, pero aún duele.

Duele lo mismo, no tener garantías, no saber.

Y duele la falta de la postdata que Gibran, se olvidó de poner para los hijos:


Tus padres no son tus padres, son los inventores de tu vida,
esperanzada de sí misma.
No vienen a ti, sino por ti,
y aunque estén contigo, no te pertenecen.
Deberías abrigar sus cuerpos y también sus almas,
porque ellos viven en la casa del pasado,
de la que quisiste marchar tantas veces, en sueños.
No debes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures que sean semejantes a ti,
porque la vida no retrocede, pero se detuvo en el ayer.
Ellos fueron el arco del cual tú,
como flecha viva fuiste lanzado.
Deja que la inclinación, que le dieron con su amor,
sea para vuestra felicidad.






14 comentarios:

Errantus dijo...

Hermosa entrada Ana, especialmente ahora que yo ya estoy empezando el camino de ser madre. Gracias por la reflexión, tendré que consultarla constantemente cuando nazca esta criaturita que se está formando en mi interior.

Besos

Ilión dijo...

Errantus!!!!!!!!!!!!!

Enhorabuena!!!!! :)))))

Besos enormes. A las dos.

Y muy hermosa entrada, Ana...

No digo más, que no estoy inspirá.

Mary Lovecraft dijo...

Felicidades Águila bella!!!!!

Me encanta Gibran tengo todas sus obras recopiladas...¿y qué decir de este poema que como hija y madre no hayas dicho ya tú, Ana?

mi situación es muy semejante a la tuya ya sabes...y curiosamente me ví tan reflejada en tu entrada...

besos,
Mary

aspid dijo...

FELICIDADES guapa.

ole ole y ooooooooooole :D :D :D

Errantus dijo...

Aziaz a todas, aunque en este momento estoy más asustada que otra cosa, de pensar en la responsabilidad de encaminar lo mejor posible a esa pequeña flecha y que no se onvierta en otro de los millones de males que aquejan a la sociedad.

Besos

leopar dijo...

Tus padres no son tus padres, son los inventores de tu vida,
esperanzada de sí misma.
No vienen a ti, sino por ti,
y aunque estén contigo, no te pertenecen.
Deberías abrigar sus cuerpos y también sus almas,
porque ellos viven en la casa del pasado,
de la que quisiste marchar tantas veces, en sueños.
No debes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures que sean semejantes a ti,
porque la vida no retrocede, pero se detuvo en el ayer.
Ellos fueron el arco del cual tú,
como flecha viva fuiste lanzado.
Deja que la inclinación, que le dieron con su amor,
sea para vuestra felicidad.

Por pensamientos como estos son por lo que no dejo de visitar tu blog. Gracias por compartirlo con todos nosotros.

Y sí, es muy distinta la visión como hijo que como padre, sobre todo cuando los hijos llegan a la adolescencia y ya nos ven más como estorbos que como ejemplos a seguir. Pero supongo que todos alguna vez pasamos por eso.

aspid dijo...

gracias leopar, ¿sabes porque no dejo yo de visitar mi blog? porque una llega y se encuentra que errantus ha decidido que este era un sitio cojonudo para decir que va a ser mamá, porque mary se encuentra a gusto entre las letras, porque ilion felicita a errantus, porque tu vienes a decir que este sitio está bien.

porque entre todos habeis hecho vuestra casa de la mía.
porque este proyecto/blog se llama espejo, "porque puedo reflejarme, y tu puedes reflejarte en el cristal..."

y sin vosotros no hay cristal, ni espejo, ni blog, ni aspid.

besos a tod@s.

Anónimo dijo...

Buf, has conseguido que lea 5 post tuyos seguidos, eso quiere decir que me ha encantado como te expresas, además de tener algunas coincidencias contigo, en nuestros momentos "jóvenes", je. Ah! y una catorceañera en casa!!
Volveré para seguir leyendo-te, y si no te importa te enlazo a mi blog para visitarte más a menudo. Besines.

aspid dijo...

pues encantada :D

Anónimo dijo...

Hola Ana:

Leí con mucho cuidado tus palabras y me parece que hay un detalle muy llamativo: ¿eso de llamarte a ti misma EL ARQUERO, lo haces sin intención o no lees lo mismo que yo en las palabras de Gibrán? Me explico: para mí las saetas son los hijos, le arco son los padres y EL ARQUERO... bueno, no imaginas porqué va con máyúsculas?

Un abrazo de amistad desde Chile.

PS: Espero que "detenerse" no signifique "dormirse", pues la vida siempre encuentra formas de "despertarnos".

Erwin Woenckhaus.

aspid dijo...

hola erwin.
para mí el arquero es el destino, en su ausencia las enseñanzas que se le puedan dar a los niños, en todo caso lo que encuentren más adelante.
que mal me explico :S

recojo tu abrazo :-) y supongo que tu chaleco salvavidas naranja.
;-)

Anónimo dijo...

Hola de nuevo Ana ;)

Es muy gratificante comprobar que hay alguien ahí, pues es también muy común encontrar vacío en la red. Ahora comprendo a qué te refieres.

Y bien, veo que eres una buena buscadora y encontraste mis fotos. Espero te haya gustado alguna (no mis retratos, claro -esos son sólo a modo de presentación- :)

Mi amistad te ofrezco desde mi bella tierra.

Erwin W.

aspid dijo...

siempre es bien recibida una amistad.
si fue el poema de gibran quien te trajo hasta aqui, déjame que yo tambien te ofrezca la mia.

impresionada me he quedado con las fotos, de verdad, no te las halagaria si no me hubieran gustado, no son solo los lugares, son los detalles, el instante, la magia.

chapeau, erwin.

:-)

Erwin dijo...

Asé es Ana, fue precisamente el que hayas elegido a Gibran para esta entrada lo que me trajo hasta tu blog... así que ¿amigos entonces?

Un abrazo grande para ti.


Esto no tiene título es simplemente lo que hay. Estoy remontando el vuelo y existen días mejores y otros más hijos de puta, pero no me he rendido y no voy a hacerlo tampoco, principalmente por que no me da la gana y por que aún me queda sangre.
A partir de aquí y por este motivo se puede leer cualquier cosa, algo que también me la suda bastante, es mi blog y es el espejo, es tan simple como reflejarse o no, si te quedas o te vas no es culpa mía, ni tuya, quizá nos parezcamos más de culo que de frente, en todo caso la puerta no tiene llave, no cierres al entrar y no des un portazo al marcharte.

licencia

Todo lo que hay en mi casa es propiedad mía, los textos sin firmar son de mi puño y letra, las obras firmadas pertenecen a sus autores y así constará en todo caso, todas las poesías de “el silencio del espejo” me pertenecen a mí.
Recuerdalo.
Un abrazo y muchas gracias por tu visita.
ah! la licencia real, anda por ahí abajo, es que la informática y yo no nos ponemos de acuerdo prácticamente en nada y esta vez, se ha empecinado en no querer subirme la imagen hasta aqui.
Ella misma, no pienso olvidarme de esto...
En fin...
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