Con los dedos de una mano.
Calidad y cantidad.
Tengo unos cuantos dedos y unos cuantos años, más de lo segundo que de lo primero.
Tengo días en los que comer pan y otros que soy yo quien es comida por los pies.
Tengo memoria y es menos selectiva de lo que a veces desearía.
Tengo dedos.
Los mismos que tres renglones arriba.
Mis dedos siempre suelen ser los mismos, la gente, no.
Hoy podría utilizar mis dedos para contar gente, por aquello de que cuando me llevo una, me descuento, sin embargo la palabra gente abarca demasiado espacio y ni con mis dedos ni con los dedos de los demás, podría contar toda la gente que conozco, aún si quisiera clasificarla en grupos: familia, amigos, enemigos que alguno hay, conocidos, etc, mis dedos y los añadidos, no serían suficientes.
No voy a contar cuantos somos en mi familia, somos muchos, a veces demasiados, a veces faltamos la mitad, somos una familia dispersa.
No voy a contar amigos, prefiero que ellos me cuenten cosas, que me abracen y uno a uno, sumados, me recuerden que me faltan dedos.
No voy a contar enemigos, entre otras cosas porque ya perdí la cuenta y, porque aún no he encontrado ninguno que se merezca el honor de ser etiquetado junto a mi nombre.
Y, evidentemente, no voy a contar conocidos porque no acabaríamos nunca.
Sin embargo me miro los dedos y siento una necesidad imperiosa de hacer algo con ellos, y no precisamente ganchillo.
Hoy voy a utilizar mis dedos, uno concretamente, para señalar.
No para acusar.
No para herir.
No para ofender.
Sino para despedir.
Mi dedo índice se dirige hacia alguien y señala. Mi voz se levanta firme y clama:
Tú no, tú no, tú no...
Y entonces deja de ser necesario contar nada, ni si quiera la historia que me hizo despertar contando cosas.
2 comentarios:
Nunca acuses, Ana, no merece la pena. Una vez escuché que, cuando acusas con un dedo, tres apuntan a tí.
Por eso acostumbro desde entonces a tender la mano, con los cinco dedos.
Un beso enorme, ya sabes que te quiero
hacia.
tres apuntan HACIA ti.
no acuso ;-) disparo para decidir con quien me quedo y con quien no. es lo que se suele hacer cuando tiendes los cinco dedos y te muerden cuatro, que utilizas el que queda para lo único posible.
yo también.
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