Los perfiles en las sombras pueden condicionar la imagen de uno mismo y recrearse en el pleno de la imaginación recurrente, creando así una deformación de todas las realidades: las concretas, las inconcretas y las no halladas en estado de vigilia.
Y no dejan de ser un perfil en el horizonte.
Los perfiles en las sombras pueden condicionar la imagen de uno mismo y recrearse en el pleno de la imaginación recurrente, creando así una deformación de todas las realidades: las concretas, las inconcretas y las no halladas en estado de vigilia.
Y no dejan de ser un perfil en el horizonte.
Y es en ese horizonte, donde las nubes tienen la capacidad de volverse tormentosas si apuestan por la imagen en la que la luz aparece tras la luna, ahí, mi sentido común me advierte categóricamente de que tal hecho, es imposible.
No es un reflejo, es, simplemente una arana, una falacia, un puerco espín vestido de gala y con sombrero. Un día tonto y una foto desteñida. Un, otro nada, y un absurdo.
En el horizonte se dibuja y desdibuja el presente, el otoño de las cosas, y allí donde tú ves un globo pretencioso de ser astro yo sólo veo un pájaro dispuesto a comerse un corazón.
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