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ESTE BLOG ADMITE COMENTARIOS ANÓNIMOS.
ESTE BLOG APRUEBA TODAS LAS OPINIONES SIN REVISIÓN Y SIN CENSURA DE LAS MISMAS, EXCEPTO EN AQUELLAS REALIZADAS EN PERÍODOS POSTERIORES A 14 DÍAS DESPUÉS DE LA PUBLICACIÓN DEL HILO ORIGINAL, Y EXCLUSIVAMENTE POR TEMAS DE SPAM.

JAMÁS SE HA BORRADO UN COMENTARIO.
AGRADECERÍA, POR CORTESÍA SIMPLEMENTE, QUÉ SI DEJAS TU OPINIÓN DEJES TAMBIÉN TU NOMBRE, TU NICK, TU AVATAR O LO QUE SEA QUE QUIERAS LLAMARTE.
TENGO UNA AMPLIA COLECCIÓN DE ANÓNIMOS QUE NO SÉ SI VOLVIERON ALGUNA VEZ... Y... ME JODE.
A TI TAMBIÉN TE JODERÍA.
GRACIAS.
Por cierto, todas las imágenes, exceptuando mi careto que es el que mi madre me dio en su día, han sido sustraídas y robadas del mundo virtual de modo legal, por lo menos eso es lo que afirmaré delante del juez.
Es broma.
Si alguna de ellas tuviera copy raid y casualmente eres el propietario de tal derecho y de la imagen, por ahí abajo está mi correo, me lo dices, te la devuelvo, y tan amigos.

Por otro lado, todos los textos de este blog son míos, si apareciera la pluma de otro, lo haría con su firma. Siempre.
Si te llevas alguno, cita y enlaza, no me importa que compartas, pero que yo no me entere de que te lo has apropiado.
Internet es un pañuelo.


LIVERTAD. Jamás me obligareis a escribirlo con B

BIENVENIDO


bienvenido

¿Existen dos minutos?
Solamente dos minutos para detener las prisas y el mundo, dedicarlos a mirar dentro uno mismo, asustarse o envanecerse, o todo a la vez.
Dos minutos donde recordar o proyectarse en el mañana, planear, olvidar si es necesario, crear, morir, lo que sea.
Dos minutos.
Dos minutos robados al tiempo, donde gritar y oír La voz; sin ruidos, sin un solo segundo de más, pero sí ciento veinte donde disfrutar y odiar, amar y perderse de nuevo, con presteza y hasta la próxima.
Dos minutos para componer una canción, desafinada si es necesario, con todas sus notas y todos los miedos.
Dos minutos para que el alma repose de todo, incluida la vida, el poema y la muerte; sentir en la afonía del silencio, todas las vidas, todos los versos, y cada final.
Dos minutos de tu tiempo coincidiendo con el mío, para que me abraces, o no, pero dos minutos donde mirarte a los ojos.
Dos minutos.

Quiero dos minutos ¿existen?

Existen en el cielo azul infinito, ahora mismo puedo verlo, las nubes dormitan y se mecen sin prisa, detenidas y colgadas de la nada.
Existen en el volar de las aves, en el color de las hojas, en el ruido cadencioso del agua, en la armonía del bosque.
Existen.

Y yo quiero ser el cielo, la hoja, el agua, el bosque, quiero ser el vuelo de las aves; quiero ser ciento veinte segundos.
Dos minutos sólo yo y para mí, compartiendo la palabra contigo.
Bienvenido y gracias por estar al otro lado.


Ana.

Esto no tiene título es simplemente lo que hay. Estoy remontando el vuelo y existen días mejores y otros más hijos de puta, pero no me he rendido y no voy a hacerlo tampoco, principalmente por que no me da la gana y por que aún me queda sangre.
A partir de aquí y por este motivo se puede leer cualquier cosa, algo que también me la suda bastante, es mi blog y es el espejo, es tan simple como reflejarse o no, si te quedas o te vas no es culpa mía, ni tuya, quizá nos parezcamos más de culo que de frente, en todo caso la puerta no tiene llave, no cierres al entrar y no des un portazo al marcharte.

licencia

Todo lo que hay en mi casa es propiedad mía, los textos sin firmar son de mi puño y letra, las obras firmadas pertenecen a sus autores y así constará en todo caso, todas las poesías de “el silencio del espejo” me pertenecen a mí.
Recuerdalo.
Un abrazo y muchas gracias por tu visita.
ah! la licencia real, anda por ahí abajo, es que la informática y yo no nos ponemos de acuerdo prácticamente en nada y esta vez, se ha empecinado en no querer subirme la imagen hasta aqui.
Ella misma, no pienso olvidarme de esto...
En fin...
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