Bueno, hoy quiero pedir una disculpa. Una de esas disculpas particulares, pero que por extensión, supongo, debo a más de uno.
Sea desde aquí entonces, dirigida concretamente a T. Tomás, y por la extensión que comento, a todos aquellos que han caído, [por la ley direccional de la gravedad] -mea culpa por supuesto- bajo mis desconfiadas y previsibles garras, en alguna ocasión.
En alguna ocasión más que las deseadas por mi parte.
Esta es la historia de un compás –que mandan huevos, si tuviera más clase sería la historia de un diapasón, pobre nací y pobre me moriré hasta de pensamiento- de un compás revoltoso y ramplón, qué, con ayuda de alguno decidió desplazar su domicilio hacia estuche ajeno. La historia del compás de la discordia, los tacos y el me cago en la madre que te parió –niño de los cojones- que no te creo. La historia que puso en tela de juicio, que acusó, y, que erró.
Recordáis que harta ando de decir aquello de: todo puede parecer muy improbable, sin embargo, no existe absolutamente nada imposible.
Esta ha sido una de esas veces que las evidencias que observas y que apuntan, son tan parecidas a un axioma, tan certeras y tan convincentes, que en ningún lado queda un resquicio para la duda. Ni uno sólo por pequeñito que sea. Una de esas veces en las que no utilizas la sentencia mencionada porque no hay lugar: es tan probable, tan y tan directo que se te revuelve la vida y lo convierte en incierto.
Hagamos un inciso para mi frase preferida: jódete y baila.
Juntando todos los condimentos necesarios y con un buen arroz, te queda una paella estupenda, qué decir si ya, la mano de la cocinera es experimentada y harta está de remover cucharas.
Supongamos ahora que yo soy la cocinera y que tengo ante mi vista el azafrán, la pimienta y la sal; el aceite me lo imagino porque es lo evidente, descarto el vinagre, elijo el arroz y enciendo el fuego.
Dicho de otra manera:
Veo un compás sustraído, una serie de motivos, un niño pesadito y, escribo una nota al tutor entre salto y salto, relinchido y balanceo.
-a veces dudo entre si soy una persona, una rana, o un borrico primaveral. Debería darme vergüenza.
Que vergüenza que no la tenga-
Acelerando acontecimientos:
Se acusó –acusé- a un niño que al parecer, no había sido.
Olvidé aquello de la presunción de inocencia, que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario…esas cosas implícitas en la honradez con una misma.
Llegados a este punto, quiero pedir disculpas por varios motivos y agradecer algún detalle que se concedió y, que yo hubiera sido incapaz de otorgar por el simple hecho de que soy así de animal y prepotente.
De hecho, estas cosas me pasan precisamente por cuadricular mi mente los días pares.
Voy a hacer otro inciso para aquella otra frase guardada también en favoritos: ¡hay que joderse!
-fin de los incisos malsonantes-
Paso a disculparme, sin intención de justificarme, ante Don T. Tomás.
Te diría que se me cae la cara de vergüenza, pero como ya he comentado más arriba es algo de lo que carezco, no voy a comenzar mi disculpa mintiendo, feo estaría por mi parte el hacerlo. Tampoco voy a decirte que me arrepiento de la actitud que tomé ni de las acciones que conllevaron. Sin embargo, sí lamento el no haber sido ni neutral ni objetiva, porque entre otras cosas esto me ha llevado a no ser, ni justa, ni honesta.
Lamento también haber enfocado mi iniquidad hacia una persona, qué a mi parecer era la responsable, -dándome con un canto en los dientes, bien que me está por estúpida- y de haberte puesto entre las cuerdas, prácticamente exigiéndote una pronta solución.
Exigiéndote, muy posiblemente sin derecho y, utilizándote de mediador.
Admiro la solvencia con la que resolviste un problema que a mí, y la vista está, me vino grande desde el principio, ofuscándome completamente y anulando mi imparcialidad.
Lamento también tener el genio pronto y malcarado y deseo también pedirte excusa por ello, ya qué, aunque esto es problema mío, esta vez ha ido rebotado a discreción contra todo lo que se movía.
Quiero agradecerte la solución y retirar las palabras “me parece un parche”, porque aunque es cierto que me pareció un parche dentro de la opinión que apliqué en su momento, he de reconocer tras los resultados, qué, cualquier otra, hubiera sido injusta para cualquiera de los dos niños.
Quiero agradecerte también que les concedieras el beneficio de la duda a ambos, cosa que yo no hice, ya que si de mí hubiera dependido habría existido un castigo.
Quiero premiarte que me hayas pasado por los morros las palabras respeto y tolerancia, porque me he dado cuenta de que se me habían caído del bolsillo y que no utilicé sus ventajas el día que fue necesario.
Felicitarte en resumidas cuentas.
No soy una persona de alma humilde, pero sí es humildemente como te presento mi descargo, pues no existe otra manera de hacerlo dadas las circunstancias.
Un saludo.
-por cierto, he imprimido esta entrada, la he metido en un sobre y se la hago llegar ...-
10 comentarios:
¡Menos mal que hay personas como T. Tomás a las que se les puede preguntar ... ¿Qué T. Tomas? y poder charlar amigablemente.
vodka con cerveza, gracias.
cuanto tiempo curri :D:D:D:D:D
No es que tenga que ver con compases precisamente, pero como esto me ha parecido impactante (y para algo me ampara el anonimato más abyecto), he aquí esta perla:
“La mujer debe adorar al hombre como a un dios. Cada mañana debe arrodillarse, nueve veces consecutivas, a los piés del marido y, con los brazos cruzados, preguntarle: Señor, ¿qué deseais que haga?”
Zaratustra (filósofo persa, siglo VII a.C)
Esto le da un nuevo sentido a la banda sonora de 2001. ¿Verdad?. :)
Saludoides.
eso como me lo tomo? :S:S:S:S:S:S
nontendioná.
En realidad, puedes tomarlo como un desvarío aberrante, bastet. ;)
Si. Va a ser eso. Porque es lo que tenemos los anónimos: No estamos sujetos al protocolo y nos da un poco lo mismo que lo dicho tenga 17 sentidos... o ninguno. Como ya hemos quedado mal, va en pamemas que nos ahorramos.
Pero entretenido si que es. ¿Eh?. ;)
Saludamientos. :)
ea.
yastarreglao.
zaratrusta se ha metio conmigo?
No lo ha hecho en realidad, Bastet. Y no te pierdas como enhebro mis anónimos desvaríos:
El amigo Zaratustra, con lo muy progresista de su tésis, parece enunciar una pauta a seguir... que antes o después va a llevar al resentimiento y, como poco, a la necesidad de una disculpa. O, ya catapultados a lo dramático, hasta a tentaciones de búsqueda de venganza por ofensas reales o imaginarias. ¿No es ello algo similar a posibles resultados de acusar erróneamente sobre la desaparición de un compás?
Pero pensándolo bien, ya es harina de otro costal ante quién tendría que presentarse una disculpa y, muy especialmente, quién y por qué razones debería presentarla.
Doctores tiene la Iglesia. Así que oféndase cada cual según sus tendencias y excúsese cada cual según sus culpas... de las que nadie está libre, me temo.
Ssibilinoss saludosss. O algo. ;)
ante el jodio niño tambien he de disculparme.
soy consciente.
En mi anónima opinión, no estoy de acuerdo en lo de la disculpa.
Y ello porque los niños son, por definición, proyectos de persona sin capacidad reseñable de jucio propio .
No sé. Me suena casi como pedir disculpas al yonqui al que se le pasare 'material'... porque éste se empeña en chutarse de todo. No le veo sentido, vista que esa es su voluntad o que carece de ella.
Aunque si es cierto que los papás/mamás del niño si que tienen la pelota en su tejado a la hora de explicar educativamente porqué Bastet ha sido mala-mala y todo el resto. Eso si que me parece justo, necesario... y parte de lo complicado que es tener descendencia en condiciones.
Por lo demás, añadiré que los compases, rotrings, transportadores de ángulos y toda esa parafernalia-sacacuartos para que los educandos la rompan/pierdan son, todos ellos, artilugios del Maligno y sólo pueden causar problemas. En especial comparados con los tradicionales lápiz, goma y ya.
Y con ello ceso en mis delirios. Paz (y sacacuartos, acaso) para todos los que eso deseen.
Salutaçaos.
era mi compás.
me costó diox y ayuda comprarmelo cuando yo estudiaba -o lo hacia ver- y me jodio que desapareciera.
paz, paz...
abrazucos.
Publicar un comentario