Estoy indignada, detesto a la gente con dinero/fama, fama/dinero y la presunción que propugnan.
Dice mi buen colega Fernando que ostenta el título nobiliario de “Señor”, que lo que no puede ser, no puede ser, y además, es imposible. Pues bien, eso le pasa a los ricos/famosos, famosos/ricos, que son simplemente eso: imposibles, increíbles e inadmisibles.
Estos, todos ellos, que son de otra especie y no de la que conocemos habitualmente como homo-homo-sapiens, deberían estar condenados a la extinción, -por justicia básicamente, pues parece ser, que los pobres andamos siempre condenados al fracaso- consiguiendo con ello, con tal pequeña permuta, un ridículo paralelismo que quizá nos concediera a la gran mayoría un espacio donde soplara el aire.
Parece ser que no, que el opulento, conocedor de su evidente superioridad, gusta de chinchar y de mangonear con sólo respirar.
Excesivo y espléndido, procurándote en su alegato con gran dosis de magnificencia, las pautas, todas ellas prepotentes y sonoras, de cuando, como, donde y porqué.
Y allí te quedas tú, -en este caso yo- ya nonata pobre, desheredada culturalmente, y de palabra despótica inconclusa, con cara de no saber cuando, donde, como, ni porqué, ni mucho menos el como rebatirle que es un grandísimo hijo de puta.
Pues bien, desde mi indudable complejo de inferioridad verbal, mi bajeza absoluta ante la elocuencia, mis manos a la cabeza, -que se note que soy una desarrapada emocional y que de andrajos tiño las cuartillas- siendo mujer de poca Fe y careciendo de perrillo que me ladre, me veo abocada a pillar la pataleta, eso sí, en silencio y desde la barrera que este toro no se puede pillar por los cuernos, si los tiene, que una ya duda hasta del verbo empitonar cuando viene se según donde.
Musa inconsciente e involuntaria de la escena, provechosa y fortuita toda ella al completo, por los cuatro costados y amparada en Dios sabe qué, desde la indignación más absoluta de sentirse zaherida, a las nueve de la mañana de un domingo, fiesta nacional para más INRI, no me veo con más ánimos si no de despotricar a primera hora para que la comida no me caiga como un tiro.
Siendo yo un vulgaris-sapiens –y si no existe, ya abriremos plataforma- padeciendo anorexia mental y raquitismo especulativo, doy por terminada esta queja, que desde un buen principio se podría haber resumido con un simple, llano y rotundo: me cago en la madre que lo parió.
Buenos días.
Dice mi buen colega Fernando que ostenta el título nobiliario de “Señor”, que lo que no puede ser, no puede ser, y además, es imposible. Pues bien, eso le pasa a los ricos/famosos, famosos/ricos, que son simplemente eso: imposibles, increíbles e inadmisibles.
Estos, todos ellos, que son de otra especie y no de la que conocemos habitualmente como homo-homo-sapiens, deberían estar condenados a la extinción, -por justicia básicamente, pues parece ser, que los pobres andamos siempre condenados al fracaso- consiguiendo con ello, con tal pequeña permuta, un ridículo paralelismo que quizá nos concediera a la gran mayoría un espacio donde soplara el aire.
Parece ser que no, que el opulento, conocedor de su evidente superioridad, gusta de chinchar y de mangonear con sólo respirar.
Excesivo y espléndido, procurándote en su alegato con gran dosis de magnificencia, las pautas, todas ellas prepotentes y sonoras, de cuando, como, donde y porqué.
Y allí te quedas tú, -en este caso yo- ya nonata pobre, desheredada culturalmente, y de palabra despótica inconclusa, con cara de no saber cuando, donde, como, ni porqué, ni mucho menos el como rebatirle que es un grandísimo hijo de puta.
Pues bien, desde mi indudable complejo de inferioridad verbal, mi bajeza absoluta ante la elocuencia, mis manos a la cabeza, -que se note que soy una desarrapada emocional y que de andrajos tiño las cuartillas- siendo mujer de poca Fe y careciendo de perrillo que me ladre, me veo abocada a pillar la pataleta, eso sí, en silencio y desde la barrera que este toro no se puede pillar por los cuernos, si los tiene, que una ya duda hasta del verbo empitonar cuando viene se según donde.
Musa inconsciente e involuntaria de la escena, provechosa y fortuita toda ella al completo, por los cuatro costados y amparada en Dios sabe qué, desde la indignación más absoluta de sentirse zaherida, a las nueve de la mañana de un domingo, fiesta nacional para más INRI, no me veo con más ánimos si no de despotricar a primera hora para que la comida no me caiga como un tiro.
Siendo yo un vulgaris-sapiens –y si no existe, ya abriremos plataforma- padeciendo anorexia mental y raquitismo especulativo, doy por terminada esta queja, que desde un buen principio se podría haber resumido con un simple, llano y rotundo: me cago en la madre que lo parió.
Buenos días.
12 comentarios:
al próximo que conteste me lo como, que os estais pisando.
coño to el blog lleno sangre...
no me quejo nunca, y para una vez que lo hago, no me haceis ni puto caso.
me voy a llorar queridos contertulios.
luego llegan lectores anonimos y se creen que soy una histerica.
:P
besitos ;)
O sea, que has visto a Belén Esteban en la tele y te ha sentado mal.
Pues nada, qué lástima.
No te preocupes: yo también me voy a llorar un ratito.
pos no.
Mujer, sé que llego tarde, pero es que no sé contra quién ni por qué en concreto va esto, y para contestar algo y que luego me digas que no te entiendo...
Tía, que tengo complejo ya. XD
pues piensa en verde. :P
Mejor haz como yo, ilión: piensa en borde.
¿Y que tal pensar ... en bardo?
No tengo tiempo, ya véis,
de escribir cosa sensata.
Mejor no meter la pata,
que ya pasaron las seis.
Salutaciones rimadas. O algo.
asurancenturix... o algo.
tu tranquilo, ya ves:
el bardo, la verde, y el borde,
con la máscara inmisericorde
poniendolo to del reves.
¿quien corre mas que el galgo?
germáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan, que te quiero yo, mi mascarilla, y que mal que te portas con la chiquilla.
la chiquilla soy yo, eh, no vayamos metiendo a ilion en esto, que desde que perdio el movil no es la misma, no.
Si pensar en bardo
suena a cardo
y en borde
inmisericorde,
no sé si pensar en verde
es la opción que no se pierde.
Al final, pensaré en burdo
y me traduciré al kurdo.
Bardo verde o sapo rosa
el borde burdo se tienta la ropa
y hace rimas, rara cosa,
porque tiene el móvil...
en la sopa.
juas juas juas jajjajajajaj juas juas
perdón. (XD juas juas)
Quizá correr como galgo
no requiera nada más
que dejar cosas detrás
que despinten lo que valgo.
¿Movil en la sopa, dices?
Es cosa poco frecuente.
Quien tal anécdota cuente
ya puede tener narices.
Se expone a críticas crueles
por malabarismo torpe,
por zafarse con un corte
o por ... sopa-para-infieles.
Cumplido este compromiso
cerremos aquí el litigio,
queden las costas de oficio...
y cada cual con su guiso.
Salutaciones y esas cosas de menester.
mejor movil en la sopa
que máscara precocinada,
que hablas de oidas, marsopa,
creo recordar que no estabas.
ilion, deja reirte, moza,
que el movil se te atraganta
¿te parece buena cosa
el teclao en la garganta?
y querido menos raro,
¿queda zanjado este tema?
no, hombre no, sin reparo,
si ha movil... ha cena.
besos matutinos.
a todos, al borde autodidacta tambien.
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