Dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno formaron la primera y minúscula gota. Al lado de esta se creó otra, y otra, y millones de millones de ellas.
Durante milenios y milenios se unieron y se separaron de infinitas maneras. Se condensaron, se congelaron e incluso hirvieron y se evaporaron y jamás, pudieron ser destruidas.
Superaron la prueba de fuego al traspasar el colador de la ducha y recomponerse tras el desmembramiento total, es más, osaron oxidar y corromper todas las piezas metálicas.
Piezas que el hombre había creado y creía indestructibles.
El mismo hombre que a diario abre el grifo y, que bajo la beneficiosa agua que mana de la ducha, desconoce la diferencia entre continente y contenido.
2 comentarios:
Que bonito. Hay que leerte con tranquilidad y si consigues entrar en el mundo de aspid, te lleva más allá.
Gracias por ser tú.
gracias a ti por leer.
el mundo de aspid es un espejo Maria Antonia, es bueno saber que funciona.
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