Por cierto, todas las imágenes, exceptuando mi careto que es el que mi madre me dio en su día, han sido sustraídas y robadas del mundo virtual de modo legal, por lo menos eso es lo que afirmaré delante del juez.
Es broma.
Si alguna de ellas tuviera copy raid y casualmente eres el propietario de tal derecho y de la imagen, por ahí abajo está mi correo, me lo dices, te la devuelvo, y tan amigos.
Por otro lado, todos los textos de este blog son míos, si apareciera la pluma de otro, lo haría con su firma. Siempre.
Si te llevas alguno, cita y enlaza, no me importa que compartas, pero que yo no me entere de que te lo has apropiado.
Internet es un pañuelo.
EL FINAL
El final se llama nunca llegaste, se ubica en todos sitios, nace todas las veces necesarias.
El final está dibujado, garabateado, pintado, esbozado y raramente, escrito.
El final es tuyo, es mío, es de todos, y no nos pertenece.
El final son dos palabras, el comienzo, también.
La diferencia entre el principio y el final es simplemente la percepción de una mirada.
El final es otra de las muchas decisiones que hemos de tomar y no siempre es la última.
Cuando el final se asiente en tu puerta, sonríe. Tras su cierre existe un nuevo camino que nunca
hubieras podido tomar si él no hubiese llegado.
El final es únicamente otro medio para avanzar.
Para crecer.
Para vivir.
Para crear.
El final es tan sólo otro modo de ver la vida.
Sigue luchando.
Esto no tiene título es simplemente lo que hay. Estoy remontando el vuelo y existen días mejores y otros más hijos de puta, pero no me he rendido y no voy a hacerlo tampoco, principalmente por que no me da la gana y por que aún me queda sangre.
A partir de aquí y por este motivo se puede leer cualquier cosa, algo que también me la suda bastante, es mi blog y es el espejo, es tan simple como reflejarse o no, si te quedas o te vas no es culpa mía, ni tuya, quizá nos parezcamos más de culo que de frente, en todo caso la puerta no tiene llave, no cierres al entrar y no des un portazo al marcharte.
licencia
Todo lo que hay en mi casa es propiedad mía, los textos sin firmar son de mi puño y letra, las obras firmadas pertenecen a sus autores y así constará en todo caso, todas las poesías de “el silencio del espejo” me pertenecen a mí.
Recuerdalo.
Un abrazo y muchas gracias por tu visita.
ah! la licencia real, anda por ahí abajo, es que la informática y yo no nos ponemos de acuerdo prácticamente en nada y esta vez, se ha empecinado en no querer subirme la imagen hasta aqui.
Ella misma, no pienso olvidarme de esto...
En fin...
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