Las niñas lloraban desconsoladas y se abrazaban a su madre.
- ¿Esta Navidad también vendrá, mamá?
La madre se encogía de hombros, temerosa. No tenía ninguna respuesta y sí demasiadas preguntas.
Las navidades pasaron y no apareció, y, poco a poco, la normalidad regresó al hogar.
Hasta que el ocho de febrero se les apareció por la puerta con un par de bolsas, en cuyo interior habían unas camisetas con la leyenda “estuve en Canarias y me acordé de ti”.
En la tarjeta rezaba “papá que os quiere”.
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