A veces siento que no encajo en mi vida.
Es como si mi vida hubiera sido secuestrada, y yo, estuviera dentro de alguien que no conozco.
Como si mi vida fuera otra y me hubiesen vestido con una ropa que me viene grande.
Y entonces me siento ridícula con ese traje enorme, con las mangas de esa camisa que me tapan las manos, tanto y tanto, que soy incapaz de verme los dedos. Los pantalones me arrastran y no acierto a ver si mis pies están calzados o desnudos. Y cuando quiero dar un paso, me doy cuenta de que también me calzaron grande y tropiezo al intentar avanzar.
A veces siento que no encajo en mi vida.
Es como si mi vida hubiera sido diseccionada, y yo, fuera un puzzle de numerosas piezas.
Como si mi vida fuera un retrato que la casualidad quiso fraccionar en pedazos.
Y entonces me siento pequeña y absurda porque no sé recomponer la foto, porque no comprendo porque las piezas no encajan, porque no las encuentro si están todas ellas delante y a la vista. Y cuando creo por fin haber encontrado una, me doy cuenta de que estoy equivocada y que nada es lo que parece.
A veces siento que no encajo en mi vida.
Es como si mi vida hubiera sido un sueño, y yo, fuera una parte de él sin estar nunca en el tramo consciente.
Como si mi vida fuera el sueño de otro donde yo lo veo todo desde la barrera.
Y entonces me siento frustrada porque quiero despertarme, salir de ese sueño que no es mío y cambiar el guión que ya habían escrito. Y al intentarlo me doy cuenta de que las mangas de la camisa no me dejan los dedos libres para coger las piezas.
A veces siento que…
Pero sólo a veces.
Es como si mi vida hubiera sido secuestrada, y yo, estuviera dentro de alguien que no conozco.
Como si mi vida fuera otra y me hubiesen vestido con una ropa que me viene grande.
Y entonces me siento ridícula con ese traje enorme, con las mangas de esa camisa que me tapan las manos, tanto y tanto, que soy incapaz de verme los dedos. Los pantalones me arrastran y no acierto a ver si mis pies están calzados o desnudos. Y cuando quiero dar un paso, me doy cuenta de que también me calzaron grande y tropiezo al intentar avanzar.
A veces siento que no encajo en mi vida.
Es como si mi vida hubiera sido diseccionada, y yo, fuera un puzzle de numerosas piezas.
Como si mi vida fuera un retrato que la casualidad quiso fraccionar en pedazos.
Y entonces me siento pequeña y absurda porque no sé recomponer la foto, porque no comprendo porque las piezas no encajan, porque no las encuentro si están todas ellas delante y a la vista. Y cuando creo por fin haber encontrado una, me doy cuenta de que estoy equivocada y que nada es lo que parece.
A veces siento que no encajo en mi vida.
Es como si mi vida hubiera sido un sueño, y yo, fuera una parte de él sin estar nunca en el tramo consciente.
Como si mi vida fuera el sueño de otro donde yo lo veo todo desde la barrera.
Y entonces me siento frustrada porque quiero despertarme, salir de ese sueño que no es mío y cambiar el guión que ya habían escrito. Y al intentarlo me doy cuenta de que las mangas de la camisa no me dejan los dedos libres para coger las piezas.
A veces siento que…
Pero sólo a veces.
Hoy.
1 comentario:
ya se me ha pasao, eh.
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