estoy en el -mi- bar.
no parece el mismo, o sí, el olor parece el de antaño, sino fuera por el apestoso olor a frito que sale de la cocina.
he salido de casa con idea de tomarme un café, por las mismas calles de antes. ¿quien es ese? no conocer a alguien en un pueblo de 160 habitantes, me escama, es más, apurando mi egoismo acertaria a decir que incluso, me disgusta.
he tenido siempre la insana costumbre de escribir correo y no mandarlo, siempre ha sido más para mí que para la persona a la cual va dirigido y de nuevo, rebuscando en los cajones aquellos donde encontré aquel poema, he hayado viejas cartas, más recuerdos de espuma, que duelen.
llevo un mes balanceandome entre ellos, entre mi pasado, sin poder tener un solo minuto de intimidad escrita, repito que estoy en el bar, la tele bocea encima mío, alguien pide un café y mi hija lee por encima de mi hombro.
así no se puede pensar coño.
otro desconocido. ea, quien da más?
otro dia me suicido, hoy voy a dejar pasar el mal rollito.
quiero escribir una de esas cartas para la estafeta, decirle cuanto le odio sin odiarle.
¿al desconocido?
no, ese solo me irrita, al otro, al que no está.
lo intento.
que mal rollo.
no parece el mismo, o sí, el olor parece el de antaño, sino fuera por el apestoso olor a frito que sale de la cocina.
he salido de casa con idea de tomarme un café, por las mismas calles de antes. ¿quien es ese? no conocer a alguien en un pueblo de 160 habitantes, me escama, es más, apurando mi egoismo acertaria a decir que incluso, me disgusta.
he tenido siempre la insana costumbre de escribir correo y no mandarlo, siempre ha sido más para mí que para la persona a la cual va dirigido y de nuevo, rebuscando en los cajones aquellos donde encontré aquel poema, he hayado viejas cartas, más recuerdos de espuma, que duelen.
llevo un mes balanceandome entre ellos, entre mi pasado, sin poder tener un solo minuto de intimidad escrita, repito que estoy en el bar, la tele bocea encima mío, alguien pide un café y mi hija lee por encima de mi hombro.
así no se puede pensar coño.
otro desconocido. ea, quien da más?
otro dia me suicido, hoy voy a dejar pasar el mal rollito.
quiero escribir una de esas cartas para la estafeta, decirle cuanto le odio sin odiarle.
¿al desconocido?
no, ese solo me irrita, al otro, al que no está.
lo intento.
que mal rollo.
2 comentarios:
Pues dale al poder de las palabras, que con él te defiendes muy bien.
No sé muy bien por qué, pero te he imaginado estilo animé dirigido por Tarantino, como el de Kill Bill, contigo como La Novia, atacando a las personas a las que escribiste todo ese correo no enviado, pero haciéndolo con el papel y cortándolos con los bordes... sangre a chorro y todo eso.
Y hace años que no pruebo las drogas, imagínate.
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