Dicen, querido amigo, que todo lo que tiene un principio, irremediablemente, ha de tener un final. También me consta que siempre existen torres más altas, que igualmente caen y, que la vida no está escrita en las estrellas.
Las cosas acaban, incluidas las que no comenzaron nunca, y también acaban las que se dejaron a medias. Evidentemente se terminan las finalizadas.
Todo concluye y se saldan las cuentas con la vida.
Dicen también que no hay mal que cien años dure, aunque siempre he pensado que ese dicho tiene trampa y no es porque acabe antes, si no porque no hay cuerpo que resista el paso del tiempo, y muerto el perro, muerta la rabia.
No hay mal que por bien no venga, y que a veces, un perder es un ganar.
No me acojo al refranero para hablar hoy contigo, todas esas sentencias tienen algo de cierto, algo que yo resumiría simplemente con esta otra frase:
HOY, es el principio de tu NUEVA vida.
No te voy a decir que haría yo, evidentemente ni de coña te diré lo que has de hacer tú, te voy a decir simplemente que te quiero, que ya sé que no es mucho, pero que el amor que implica mi amistad para contigo es todo lo que puedo ofrecerte.
Ni consejos, ni palabras de ánimo, ni ofrendas.
Solo mi amistad para lo que la necesites, en cualquier momento en el que la necesites y hasta para abandonarla si eso es lo que ahora deseas.
Quiero eso sí, que recuerdes cada uno de tus minutos, que existen cosas por las cuales vale la pena seguir adelante con una sonrisa, porque esa sonrisa te será devuelta.
Quiero que sepas que mi teléfono está encendido día y noche; desde que te dije que en cualquier momento.
¿Recuerdas? No comparto tus ideas, pero moriré por tu derecho a defenderlas. (¿lo dijo Voltaire?) Si me preguntaras hoy, porqué, te diría que pidieras una, otra, mejor dos, Guinness. Pero si la pregunta es que hiciste mal, te diré, te quiero.
HOY, es el principio de tu NUEVA vida.
Y en ella, como en la de antes, puedes contar conmigo.
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