Blanco y frío.
Frío.
Murmullos.
Frío.
Murmullos.
Desde la soledad y el silencio terciario,
a lo lejos me veo caminar y entre las hojas que rinden dinteles,
caer, morir y matar.
Escupen las horas dormidas
el tiempo lejano, aromas de azahar
y caigo en penumbra,
disperso mi odio,
la rabia, la ira y el lapso letal.
Y muero despierta soñando,
perdiendo cadenas, vertiendo mi paz,
expiro temores, asumo desdicha en la adversidad.
Matando mis días, enterrando vagones,
creyendo en horas que están por llegar,
culpable de todo, inocente de nada,
el blanco y el frío,
murmullo silente, murmullo final.
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