Siempre he pensado que en este país existe algo que no funciona, pero me siento incapaz de confesar qué es.
Cada vez que autodescubro una incompetencia nueva por parte del sistema, me doy cuenta que no es ni mejor ni peor que la última que vi, ni más original, ni más organizada, ni siquiera más grande, sólo más absurda.
En este país somos incompetentes hasta para ser lo ídem.
Puestos a cagarla detrás de un mostrador, lo mínimo que se le podría echar es imaginación, coño, que una ya se aburre de oír sandeces, que es como ir de feria, que si te montas en la noria sabes que vas a dar vueltas, que vas a subir, que vas a potar, y que te vas a acordar de tu madre por haberte hecho tan finolis.
Pero erre que erre, a la próxima feria, te vuelves a subir.
Y eso es lo que hacemos con la incompetencia en los mostradores, con las de las operadoras, con la del tendero, en la gasolinera, en las escuelas públicas, (ya ni te cuento en las privadas), en el jodido INNS, o mejor aún, en el INEM, con el vecino, que aparte de incompetente es un fresco, etc… la lista podría ser interminable.
¿me he dejado al gobierno? Coño.
Añádelo.
Gracias.
Nos subimos a la noria una y otra vez, convencidos de que el sistema no funciona en ninguno de los niveles que conocemos, frustrados por no poder darle dos o tres gritos a la chorba del mostrador, que no deja de ser una mandada asalariada, incompetente, pero mandada al fin y al cabo, y hartos hasta dejárselo de sobras de ir a merced de un viento que no sabe donde va.
La incompetencia en este país roza los límites de la estupidez, sigue rigiéndose por el “tanto tienes, tanto vales” – y a mí que me den por culo- y se va camino de ninguna parte; luego está muy bonito joderle la culpa a la crisis, -tócate los huevos, Mariano-, o vivir en la más absoluta ignorancia, dí que sí, que se vive más tranquilo,-¿Cuánto vale un café?- pero la realidad, la cruel realidad, la puta realidad es que la españolita incompetencia ya parece el juego de la oca, que tiro porque me toca, y tocándome caigo el la casilla del puente, ya sabes: de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente, normalmente de la 12 a la 7.
En este suburbio de país, que no tiene otro nombre, ya no existe seriedad ni picaresca, la gente se levanta el lunes con ganas de que sea viernes, y si está en un servicio público, viviendo en agosto todo el año; todo el año menos en agosto, que entonces no hacen más que correr con las toallas y las piruletas detrás de los niños, las jornadas laborales son de 11 a 11 y media, que es cuando están desayunando y no te atienden, y no se te ocurra pedir una hoja de reclamaciones, porque como tengas que meterte en algo más gordo, recuerda que tu defensor va a ser igual de soplapollas que el primer implicado.
Ejemplo didáctico con fecha de hoy:
Pondremos de protagonista a Ana, una madre de 36 años que tiene un bebé de 21 meses –uis mira que casualidad, como yo- el bebé, -muy guapo, por cierto-, se levanta un domingo con mocos. Los mocos son mocos y no van acompañados de fiebres ni cosas más escandalosas, así que la madre decide que lo mejor será, al día siguiente, lunes, ir a pedir hora a los médicos malditos de las SS. (debo reconocer que el libro me impactó)
Diálogo: (estúpido donde los haya)
-hola buenos días, quería hora para Susana, la pediatra
(cartilla en la mano, para aligerar la cola)
-uis, para hoy no, ¿eh?
(a todo esto, las 9 de la mañana, ¿sería tarde?)
-no, no, para mañana.
-vete a urgencias, al hospital.
-¿eh? No, verás, tiene mocos, no es para ir a urgencias, es para que me des hora mañana.
- ¿para mañana? Es que mañana atiende por la tarde.
-¿y? a mi me da igual, como si me la das a última hora.
-llévalo a urgencias. O eso, o para el jueves.
- ¿y no me la puedes dar para mañana? Es que no es para salir corriendo, pero tampoco para dejarlo para el jueves.
-hoy es que no te lo puedo colar. ¿te doy hora para el jueves? Para mañana no hay hueco.
(¿te doy hora para el jueves? ¿ te doy hora para el jueves? ¿tu vienes fumada al curro o qué? so gilipollas)
-he, no, verás, para el jueves no, porque entonces lo mismo ya no tengo niño, o lo tengo to rebozado de una cosa verde…
-pues llévalo a urgencias, es que para mañana está todo lleno, además visita por la tarde.
(joder que perra con la tarde)
-mira, hacemos una cosa, llámame mañana por la mañana y te lo apunto para mañana.
(¿Qué me ha dicho ahora esta anormal? ¿Qué llame mañana? ¿para apuntarlo cuando? ¿mañana? ¿A dónde? ¿Por qué?)
-perdona, ¿Qué me has dicho?
-que me llames mañana y te lo apunto para mañana.
-te estás quedando conmigo.
(afirmación rotunda)
-no, si me llamas mañana, te lo apunto para mañana.
(pero no me acaba de decir que estaba todo lleno, que me fuera a urgencias, que me daba para el jueves… que me está contando esta tía)
-y si mañana te tengo que llamar para que me lo apuntes mañana, pero mañana, hoy está todo lleno, porque no me lo apuntas ya, que estará menos lleno que mañana. Digo yo, eh, que no es por molestar.
(creo, no sé, porque ya no sé ni lo que he dicho)
-porque hoy está todo lleno para mañana.
(coño, claro, hoy está todo lleno para mañana, pero se van a morir todos los niños que debe de hacer un mes que los están atendiendo, con lo cual, hoy están todos apuntados, pero mañana, por la tarde, no queda ni uno)
-¿entonces que haces? ¿me llamas mañana…? ¿te vas a urgencias…?
(…o me cago en tu padre, que es otra posibilidad)
-no, si me llamas mañana, te lo apunto para mañana.
(pero no me acaba de decir que estaba todo lleno, que me fuera a urgencias, que me daba para el jueves… que me está contando esta tía)
-y si mañana te tengo que llamar para que me lo apuntes mañana, pero mañana, hoy está todo lleno, porque no me lo apuntas ya, que estará menos lleno que mañana. Digo yo, eh, que no es por molestar.
(creo, no sé, porque ya no sé ni lo que he dicho)
-porque hoy está todo lleno para mañana.
(coño, claro, hoy está todo lleno para mañana, pero se van a morir todos los niños que debe de hacer un mes que los están atendiendo, con lo cual, hoy están todos apuntados, pero mañana, por la tarde, no queda ni uno)
-¿entonces que haces? ¿me llamas mañana…? ¿te vas a urgencias…?
(…o me cago en tu padre, que es otra posibilidad)
-teeeee, te llamo mañana.
(mejor será, porque si te llamo hoy, lo que te voy a llamar no te va a gustar.)
-entonces, me llamas mañana y mañana, te doy hora para mañana, pero para mañana por la tarde, que mañana, por la mañana, no visita.
(¿no os ha pasado nunca que de tanto repetir una palabra, la palabra deja de existir?)
Así, que yo, digooooo Ana, nuestra madre sufridora, ha sido hoy, de nuevo, víctima de un ataque surrealista y absurdo por parte de la administración; la señorita en cuestión, la otra, vestida con bata blanca, identificándose, -aunque no demasiado, le faltaba la dirección pa esperarla de noche y la matricula del coche para poder pincharle las ruedas a la salida del ambulatorio- con una cartulina metida en un plastiquito, el plastiquito enganchado a una pincita, y la pincita colocadita en la parte izquierda, concretamente sobre una teta , le ha soltado una mirada complaciente al haber podido solucionar el problema de la hora de los mocos.
y Ana se ha ido a casa, con Sabina a toda leche en el coche y preguntándose que le va a pedir este año a los reyes, donde va a veranear el año que viene y que coño va a hacer para perder esos kilos que dice le sobran, amparándose en aquel ¿cuanto vale un café? porque desde luego, ignorar es ser feliz.
4 comentarios:
Jajaja, diálogo de besugos, oye.
Eso me está recordando una cosilla...
Iba a leerlo ahora que tengo tiempo pero lo dejo mañana que voy a tener un día de perros sin tiempo para nada y así me río un poco.
;)
Recuerda que la cita con la pediatra es por la tarde, no vayas a ir por la mañana y la líes.
pero tengo que llamar por la mañana ¿no?
curro, curro...
¿que has pensao ili?
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