Seamos libres por un instante, y dejemos caer la risa por el escote de la vida. que plantee, desde el murmullo de lo no redactado, el expolio de tu alma y la extorsión de mi corazón.
Juguemos, como antes, a no ser nada ni nadie. pasajes olvidados del tiempo, lágrimas internas, naufragos del mundo. allí donde jamás fuimos reconocidos, ni esperados, allí donde no existiamos, donde olvidamos nuestros nombres y construimos nuestra mentira más digna, aquella en la que ni tu ni yo, éramos reales.
Y después, volvamos a ser presente, cubiertos de las angustias que nos rondan y nos ven huir, con motivos o sin ellos, de nosotros mismos; de nuestras vidas paganas y ateas de livertad, de nuestra sangre corrupta y de nuestros miedos injustificados. seamos de nuevo humanos para olvidar, que una vez, una sola (y tal vez no fue suficiente) creimos haber alcanzado la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario