Pedazo gilipollas

Esta vez no va por mí. Ya sabéis, me enfado con el mundo y me abofeteo yo sola, más pincha que un ocho me reto a mi misma a duelo. Me planto en medio de mi mundo y camino -reflejada sobre mi imagen- dándome la espalda, contando los pasos y a la espera de girarme antes que yo, y pegarme el tiro certero.

Normalmente me lo pego, claro, es lo que tiene retarse a duelo en igualdad de condiciones, y un yo inconcreto cae al suelo sangrante, mientras el otro rebusca en el botiquín tiritas y desinfectantes varios, me meto un par de puntos de sutura, me peino y continuo con mi vida hasta el próximo arrebato.

Pero esta vez el pedazo, cacho, trozo gilipollas, no soy yo, acabáramos, esta vez es una de esas en las que las cosas caen por su propio peso y, refranero en mano... torres más altas han caído.

Nunca he querido ser una chica Almodovar, ¿a qué? ayer tuve una conversación bastante clarificadora sobre un tema sin importancia, lo realmente importante fue la posición llamemosle, subcutánea, de la otra persona.

Luego más tarde, alguien más apoyó esa postura intransigente y anarka con la que me levanté. Libre albedrío por ambas partes.

Yo dije JIJI JUJU y a correr. Que los jodan a ambos.

Apostando por el JIJI JUJU un amigo me dijo algo así como ironiza y ríete.

Y en eso ando, tomándome el tema con café descafeinado, que la vida son dos días y todo eso.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH

Hala, creo que ya me siento mejor.