Esto es un documento triste, escrito en un día en el que la pena, a modo de sombra infernal, me ha estado persiguiendo.
Si tienes ganas de reír, hoy, vete a otro blog.
Las palabras quedan hueras en la boca, así comenzaba uno de mis poemas y así quedan hoy las palabras, vacías.
Un@ puede perderse en mil lugares, con mil motivos, caer resbalando o aguantando el tipo. Mil situaciones, mil momentos, mil recuerdos y una sola realidad… dual.
He compartido mis horas de la mañana con una madre que perdió anteayer a su hijo; desconozco el motivo de su entereza y su sobriedad, no sé cual es la causa de que la serenidad estuviera tan presente en su rostro y en su alma.
Hablaban las manos, las mías en las suyas, hacia su rostro.
Hablaba la lágrima que cae y a la que no le puedes decir “detente”, silenciosa, humana, digna.
Hablaba ella y lo hacía con esa sonrisa que busca, conformista, extender tranquilidad.
Recogía sus cosas, muchas de ellas irán a la basura, que es a donde normalmente van las cosas de los muertos, al mismo sitio que irán después las de los quedamos vivos.
Y me ha invadido una extraña sensación.
He tenido la imagen de esa madre dándole el pecho, hace ya 60 años, a ese hijo que murió anteayer, la he imaginado enseñándole sus primeras palabras, sus primeros pasos, abrazándolo repleta de amor, regañándolo, jugando.
Nadie le dijo entonces que ese niño iba a ser un alcohólico, que enfermaría temprano, que esa enfermedad derivaría en otra que lo conduciría a la muerte antes que a ella misma.
Nadie supo que lo vería morir.
Y ella siguió criándolo llena de amor y de ilusiones.
Y si yo lo he imaginado, ella, lo recordará.
Y me ha dado tanta, tanta pena.
No por el hoy, no por el difunto, sino por ella, por sus recuerdos, por su pasado.
No puedo escribir, pero no quiero olvidarlo.
Lo siento.
Si tienes ganas de reír, hoy, vete a otro blog.
Las palabras quedan hueras en la boca, así comenzaba uno de mis poemas y así quedan hoy las palabras, vacías.
Un@ puede perderse en mil lugares, con mil motivos, caer resbalando o aguantando el tipo. Mil situaciones, mil momentos, mil recuerdos y una sola realidad… dual.
He compartido mis horas de la mañana con una madre que perdió anteayer a su hijo; desconozco el motivo de su entereza y su sobriedad, no sé cual es la causa de que la serenidad estuviera tan presente en su rostro y en su alma.
Hablaban las manos, las mías en las suyas, hacia su rostro.
Hablaba la lágrima que cae y a la que no le puedes decir “detente”, silenciosa, humana, digna.
Hablaba ella y lo hacía con esa sonrisa que busca, conformista, extender tranquilidad.
Recogía sus cosas, muchas de ellas irán a la basura, que es a donde normalmente van las cosas de los muertos, al mismo sitio que irán después las de los quedamos vivos.
Y me ha invadido una extraña sensación.
He tenido la imagen de esa madre dándole el pecho, hace ya 60 años, a ese hijo que murió anteayer, la he imaginado enseñándole sus primeras palabras, sus primeros pasos, abrazándolo repleta de amor, regañándolo, jugando.
Nadie le dijo entonces que ese niño iba a ser un alcohólico, que enfermaría temprano, que esa enfermedad derivaría en otra que lo conduciría a la muerte antes que a ella misma.
Nadie supo que lo vería morir.
Y ella siguió criándolo llena de amor y de ilusiones.
Y si yo lo he imaginado, ella, lo recordará.
Y me ha dado tanta, tanta pena.
No por el hoy, no por el difunto, sino por ella, por sus recuerdos, por su pasado.
No puedo escribir, pero no quiero olvidarlo.
Lo siento.
7 comentarios:
Pues a pesar de lo que dices, lo leo, y te leo.
gracias.
Mmm... vale.
A un "nuncanada" le pega poco decir cosas razonables. Pero simplemente es que no hay Justicia. En la vida, no. Todo lo más, hay comprensión de las causas. Y, acaso, aceptación de las consecuencias.
Ni que decir tiene que las penas, si hay esos dos ingredientes, son menos. Y el pasado, pasado acaba siendo. ¡Por suerte!. :D
Un saludo.
PD: A ver si tu bastAspid (que todo lo apañas en el blog), haces que te pueda postear como "NuncaNada" ... con mis mayúsculas. Si no, me falta algo. ;)
gracias.
no puedo, no acepta mayusculas.
y tu, porque no tienes blog?
Hola Ana.
He seguido tu blog desde hace algunos días, y me parece de lo más original. Tu forma de ver las cosas en ocasiones me hace replantear la forma en que yo las miro, y debo decir que eso no es nada fácil.
Saludos, y espero seguir visitándote por acá.
Leopar.
"¿Porqué no tienes blog?".
Mmm... a este paso, me da que esa puede llegar a ser una pregunta-tipo para detectar asociales. En la línea "¿porqué no tienes móvil?" o, la definitiva, "¿porqué no tienes TV?".
En mi caso, va a ser que no tengo blog porque no creo que a nadie le interesen mis muy anacrónicos delirios. O porque me he ido desenganchando de esta droga que es Internet, al menos como obligación diaria.
O, puede ser, igual es que me adhiero al espíritu de "eres dueño de lo que sabes y esclavo de lo que cuentas". Pero sin paranoias de esas que se ven a veces, claro.
No obstante y en mi descargo, diré que si tenía un fotolog. Y lo he cerrado (ayer) porque ya no me quedaba nada que decir en él. Al menos, no sin elegir antes una audiencia ... libre de parásitos. ;)
Y ya. Que esto no es un foro. ;)
Un saludo.
eres un asocial NN?
yo creo que eres alto, raro y de madrid ¿eso te hace asocial?
yo no me abrazo con asociales, ni si quiera por error (roll)
esos anacronicos delirios de los que hablas...todos tenemos un algo de delirantes, eso está bien y siempre hay alguien a quien le interesa.
"eres dueño de lo que sabes y esclavo de lo que cuentas".
tú, escribe LIVERTAD en tu alma y déjate de historias.
y no, esto no es un foro.
de momento... :D
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