Supongo qué, a lo largo de la vida, el simple hecho de estar vivo e interrelacionarte con seres de tu misma especie, hace que esa misma vida fluya diferente.
Lo lamento, pero me he levantado más absurda y filosófica de lo normal.
A lo largo de esa vida, uno o una, va topándose con multitud de situaciones, algunas de ellas provocadas por el azar, otras, reflejadas por otros individuos, semejantes o no, pero en todo caso, parecidos.
Ocasionalmente aparecen picos de solidaridad, posiblemente previsibles a nivel general, pero mucho más gratificantes y sorprendentes de modo individual. El mismo pico o baremo existe para la situación contraria, aquello que en mi pueblo se llama “hacerte la cama”, no sé si me explico, muy posiblemente no, no pasa nada.
Estoy pensando en voz alta.
La experiencia, eso que dicen es acumulativo y suele desplazarse de modo proporcional con las primaveras que uno ocupa, es tan surrealista, que risa les da a los viejos mirar atrás.
Lo cierto es, que a lo largo del recorrido existencial te vas encontrando con situaciones y gente de todo tipo, y, evidentemente, lo que uno quiera aprender y recordar más tarde sobre ello, es una elección personal.
Incluso existe la jodida posibilidad de recordarlo y darse de bruces con la ocasión más estúpida jamás imaginada.
¿a qué viene todo este monumental rollo, pelín esotérico y manido?
Muy sencillo, aquí la arriba firmante, ha vuelto a pronunciar de modo vomitivo el título que encabeza: no esperaba eso de ti
Detalles aparte, que no vienen al caso, y sabiendo que solemos utilizar la frasecita para situaciones negativas, apelo a mi derecho de sentirme defraudada y decepcionada a partes iguales, tanto con la persona que me hace hoy sentirme chuleada como conmigo misma, por varios motivos.
El primero de ellos es la mentira que me cuento cuando digo que no lo esperaba, lo que había hecho era no valorar la posibilidad de que sucediera, tras un primer impacto mental, mi, como llamarlo, mi absurda confianza mundana y mi fe en las personas, dejaron de lado aquello que podría denominarse instinto y me convirtieron, directamente sin preludios y sin piedad, en carne de cañón.
Otro de los motivos que me sonrojan es el haber permitido que ocurriera de nuevo; los viejos, los míos, andan desternillados por todo mi sistema emocional, un lejano eco de risotada dantesca resuena en mis adentros.
Lo peor es que ellos tampoco esperaban eso de mí, entre otras cosas porque me creían más previsora, confiaban en haberme aleccionado como correspondía, y se encuentran que la pobre aprendiz de adulta consciente, sigue siendo una lechuza a media pluma.
Los límites de la confianza.
A veces la línea que separa una cosa de la otra, es tan asquerosamente sutil, que diverge de la realidad, y uno, va saltando del lado bueno al lado malo con una facilidad espantosa.
Y te lo crees.
O no crees que te estén engañando.
En todo caso, no van a hacerte mal.
Y algo te dice que no encaja.
Recuerdas algo parecido.
Pero al final, aun albergando serias dudas sobre lo expuesto en aquel momento en la mesa, vas y te lo crees.
y la ostia es monumental, pero no porque digas de corrido la frasecilla, esa es instintiva y protectora, sino porque cuando matizas tus adentros te das cuenta de que sí lo esperabas, quizá no del todo así, tal vez no de esta persona, puede que en otro momento, pero sabías que era tan posible que incluso podía pasarte hoy.
Y lo que es peor, sabes que mañana, el mes que viene o en un par de años, volverás a mirarte al espejo, te encontrarás alguna cana más junto con otro saco de decepciones, y otra vez serán a pachas, y entonces te preguntarás de nuevo ¿no he aprendido nada?
¿para qué sirve la experiencia?
para Míriam.
que le vaya bonito.
3 comentarios:
Inauguro tus comentarios. Así podrás ver si funcionan :)
Espero que el blog tenga una vida larga y provechosa.
Yo también lo espero, guapa...
Aquí sí vendré a charlar contigo. ;P
Besossss. Te enlazo.
¿Para qué sirve la experiencia? Para decirnos qe nos hemos dado de bruces una vez mas, creo.
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