No necesitaba el silencio tus
besos más que yo.
Pero me quedó el silencio y los
besos naufragaron en las aguas.
He perdido la batalla.
Quedan frente a mis ojos, los
restos de un naufragio y el volar de las aves que huyen.
Y nada más.
No necesitaba la vida tus
caricias más que yo.
Y me quedó la vida y las caricias
perecieron en silencio.
He rendido las armas.
Quedan ante mí, los vacíos de la
espera y el campo yermo de este tiempo.
Y nada más.
No necesitaba el mundo tus
palabras más que yo.
Pero me quedó el hastío y las
palabras escaparon en el aire.
He cerrado los ojos.
Quedan junto a mí, las promesas
de futuro que huyen, junto a las aves, de este campo yermo…
…Y nada más.
2 comentarios:
me quedo con la construcción del poema, es decir, por encima del dolor, me quedo con la forma de exponer el dolor, cuando es así, el dolor se distribuye por nuestras venas y nuestros nervios, con otra cautela, no se fía de que los humanos preparen caminos para que pasee plácidamente.
besos.
mil besos.
no, cuantos no.
para que curen. gracias.
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