Debería, debería, lo que sucede es que no me gusta, nunca me ha gustado, aunque comprendo la pasión que puedan sentir las personas por este hábito tan sano y educativo.
Yo me disperso.
Entre líneas me voy de viaje a otros mundos, tan reales como los narrados; ¿por donde iba? Me pregunto, pierdo el hilo y he de comenzar el párrafo. No sirve de gran cosa, al pasar el primer punto hostil, me encuentro con el segundo algo más abajo.
Es una especie de enemigo mal sano que me acecha tras cada punto y coma.
El hecho de que jamás me haya gustado leer ha sido realmente un problema, suerte que la memoria me funciona algo mejor y la comprensión, siempre y cuando no sea numérica, no se me atraviesa demasiado.
Me defiendo, vamos.
Pero debería leer.
Si leyera más a menudo, quizá ayer hubiera entendido aquel planteamiento sobre una cuarta dimensión, y no hubiera tenido que intentar –INTENTAR- imaginarlo tirada en el sofá, mirando al techo, fraccionando las placas que lo adornan. Comenzando por pintar mentalmente un punto en el nexo de cuatro de ellas, estirando el punto por la unión para conseguir una segunda dimensión, extendiendo la ralla conseguida, ampliándola entre los dibujos, para inflarla y lograr una tercera, y cuando ya entonces mentalmente tengo un cubo colgando al lado de la lámpara, debo abrirlo por sus caras, dejarlo plano, volver a inflarlo y cerrarlo de nuevo, hete ahí la cuarta dimensión…
Debería leer más.
Si leyera más, entendería de otras razas y religiones, sabría algo más de ética, comprendería cosas que desconozco, y no desconocería por falta de entendimiento.
Suerte de capacidad auditiva, aunque esta, sólo de vez en cuando pero siempre más de lo que me gustaría, también me traiciona.
Quizá algún día decida ponerme a leer todo aquello que ya debería haber leído, y entienda porque los atlas son libros de historia, quizá algún día encuentre el libro que explique porque a mí no me gusta leer y lo lea, tal vez alguna vez localice mi primera cartilla con la que aprendí a hacerlo y comprenda que un punto y coma, no puede ser más alto que yo.
Mientras tanto haré lo que he hecho siempre, leer lo que me interesa, corto, conciso, llano; en los suplementos semanales de algún diario, en los blogs, en la pequeña revista de mi pueblo, en esos lugares donde la vida parece más cercana, más semejante a uno mismo.
Donde no alcanzas a entender que una cuarta dimensión convive contigo, pero te sorprende el hecho, donde todo suele simplificarse hasta límites insospechados, pero aceptables…
Debería leer más y no sólo por mí, sino porque el hacerlo posiblemente nos facilitaría la convivencia a todos.
Mientras tanto haré lo que he hecho siempre, escribir lo que no leo, pero aún así, no desconozco.
-y después de la cuarta que no logro imaginar… me dicen que hay una quinta…-
O_o
4 comentarios:
Leyendo se aprende a leer. Y, como todo aprendizaje, exige esfuerzo. De sobra compensado, cuando somos capaces de establecer un diálogo con la escritura en la que nos leemos, tal y como dice el poema del reciente Premio Cervantes, José Emilio Pacheco: "No leemos a otros: nos leemos en ellos".Anonimato
Un abrazo,
Antonio
Yo si leo bastante, pero te advierto una cosa; no por leer se sabe más. Quizás más cantidad, pero no necesariamente más calidad. La lectura no es nada sin la reflexión propia, sin darle la vuelta luego a las ideas para interrogarlas y ponerlas en entredicho...
Y con esto te diré que no sólo parece haber cinco dimensiones sino muchas más. Serán como las meigas?
Un saludo
hola antonio, dice Rosendo que a dudar también se aprende :P
pero sí, es cierto, a leer se aprende leyendo, y malmetiendo, se aprende a todo lo demás.
luego existe otra cosa que es la trasmisión de ideas del concepto leído y, la capacidad que tenga el autor para expresarla y hacerla entender.
hace unos años, me dijo una profesora de comunicación emocional -es una historia muy larga, para otro año- que si alguien no lograba entenderte no era culpa de el/ella, sino nuestra, de los interlocutores que debíamos saber que modo y que palabras utilizar para colocarnos en su línea de comprensión, porque siempre todo es explicable si sabes hacerlo, no importa si a cada uno de ellos has de hacerlo de una manera diferente, con ejemplos distintos y múltiples palabras, que el resultado siempre ha de ser en entendimiento del concepto.
asignatura que llevo suspensa :S
si nos leemos en ellos... ¿acertamos siempre en la idea trasmitida o la adaptamos a nuestras propias necesidades?
besos y eso.
yandros la reflexión, ahí está, o como ha dicho antonio aprender a leer.
-a escribir-
texto encriptado, habéis pasado por alto el detalle:
Si leyera más, entendería de otras razas y religiones, sabría algo más de ética, comprendería cosas que desconozco, y no desconocería por falta de entendimiento.
mas adelante:
Debería leer más y no sólo por mí, sino porque el hacerlo posiblemente nos facilitaría la convivencia a todos
once yandros, se cuentan once dimensiones. haberlas, hailas ;)
en las dimensiones espaciales somos incapaces de encontrar un equilibrio, en la temporal también.
¿metáfora?
besos y todo eso :D
Tú sabrás si de verdad deberías leer o no, yo o me voy a meter en eso, y menos en este año en que estoy empeñado en quitarme de tan nefasto vicio.
Pero, eso sí, he encontrado algo por ahí que me ha hecho pensar en ti y que a lo mejor te interesa. Es una entrevista con un señor que ha sacado un libro. No te cuento más, tan sólo te pongo una frase que aparece antes de la entrevista:
"El analfabetismo matemático, el anumerismo, es pues germen en la siempre acechante pandemia de la barbarie, pues socava el espíritu crítico de las sociedades, y por ende su diversidad y capacidad creativa."
El autor se llama John Allen Paulos y el libro se titula "El hombre anumérico". La entrevista puedes encontrarla aquí:
http://www.desdeelexilio.com/2009/12/18/el-hombre-anumerico-entrevista-a-john-allen-paulos/
Y todas esas cosas que se suelen decir en estas fechas o algo así.
Publicar un comentario